Ruta otoñal por Artikutza

Artikutza es una finca de unas 4.000 hectáreas dentro de territorio navarro y que pertenece a Donostia-san Sebastián. Se encuentra encuadrado en el Parque Natural de Aiako Harria y se accede desde Oiartzun, a través del collado de Bianditz.

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Una ruta por Artikutza es uno de los mejores planes que se pueden hacer en otoño porque es quizá, la mejor época del año para admirar los miles de matices de colores de este paraíso natural en el que caen las lluvias más abundantes de la península ibérica.

La ruta empieza en Eskas, concretamente en la conocida como la casa del  Guarda. Desde ahí podemos ascender al collado de Bianditz y disfrutar de sus vistas, retrocediendo unos metros de carretera. Pero nuestra propuesta de hoy es continuar por la pista que parte desde Eskas para tomar enseguida el sendero a nuestra izquierda, siguiendo las señales de pintura blanca y amarilla, hasta llegar al barrio de Artikutza.

Se trata de una ruta circular, de algo más de 11 km (ida y vuelta) y perfectamente señalizada. Así, descenderemos hasta Artikutza sobre una alfombra de castañas, hojas de hayas secas y un mar de robledales, acompañados todo el tiempo por el sonido del agua que lleva el rio.  

Ya en el barrio de Artikutza varios caseríos, una casa señorial (la del dueño de la antigua ferrería), una borda,  el frontón y la ermita de San Agustín completan este paisaje de cuento, pintado con tonos otoñales. Lugar perfecto para realizar un alto en el camino y disfrutar del entorno.  Desde aquí existe la opción de rodear el embalse gracias a una ruta circular de unos 6 km. El embalse de Artikutza fue hasta principios del siglo XX el principal suministro de agua de Donostia-San Sebastián y hoy actúa como reserva. Merece acercarse hasta el final y detenerse a contemplar el reflejo de los bosques en el agua.

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Para volver a nuestro punto de partida continuamos desde el pueblo de Artikutza por la ruta balizada y tras pasar un puente, encontramos un ascenso con algo de pendiente hasta alcanzar un antiguo trazado de tren, que nos llevará de vuelta a Eskas. En el camino se pueden observar unas ruedas de molino y contemplar el frondoso bosque desde un balcón natural.

Y para redondear el día ya de vuelta hacia Oiartzun, qué mejor que la variedad gastronómica que ofrecen sus establecimientos hosteleros. No hay nada mejor que retomar fuerzas después de unas horas de ruta y puede ser muy buena idea acercarse a uno de los numerosos restaurantes de Oiartzun con calidad de primera, desde la cocina más tradicional, basada en productos de temporada hasta las creaciones más vanguardistas. 

Más información:

www.oarsoaldeaturismoa.eus

turismoa@oarsoaldea.eus

943 494 521



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